2. La tristeza de un rey
II
Fernando II el Católico Rey de Castilla,
de Aragón, de Nápoles y Sicilia
(1452-1516)
Fernando II el Católico Rey de Castilla,
de Aragón, de Nápoles y Sicilia
(1452-1516)
Hace tiempo aquí en Castilla,
con recelo se firmaba,
en el mil quinientos cinco,
el Pacto de Salamanca;
concordato por el cual,
Felipe, Fernando y Juana,
gobernarían Castilla
como el tratado ordenara.
De otra parte, el codicilio
de lsabel, también dejaba
como regente a Fernando,
en cuanto así le obligara
la incapacidad o ausencia
de su hija doña Juana.
+
Ni el vigente testamento,
ni el Pacto de Salamanca,
lograría un pleno acuerdo
en las partes afectadas;
pero en mil quinientos seis,
el Pacto de Villafáfila,
traería otro designio,
por el cual ya se nombraba
a Felipe como rey;
Fernando se retiraba.
*
Regresaría a su reino
de Aragón, sin arrogancia,
sin caprichos ni ambiciones,
sin mercedes y sin dádivas;
quizá evitando la afrenta
que con su yerno llevaba
de celo y de resquemor,
ó tal vez, porque observaba
que su nuevo casamiento
por poderes con Germana,
no era bien visto en la corte,
ya que todavía estaba
viudo de doña Isabel,
la gran reina soberana.
*
Ahora que ha muerto Felipe,
como regente se afana
en regresar a Castilla,
pero antes deja ordenadas,
las urgencias y premisas
de Aragón y, de sus arcas.
En Nápoles a Gonzalo,
pone estrecha vigilancia,
nombrando a Juan, su sobrino,
virrey del Reino de Italia.
***
Un placer venir y amigarte con la historio en estos poema. Es tristemente precioso. Feliz semana Juan. Abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen, Feliz semana.
EliminarRetomo el segundo capítulo de tu entrega...Que me causa preocupación por el mal entendimiento de Fernando con su yerno...Los reyes son humanos y han sufrido lo suyo en medio de tanto poder y gloria, amigo...Lo cierto es que han quedado inmortalizados en la historia y siempre los recordamos.
ResponderEliminarMi abrazo agradecido por tu amor a la poesía histórica.
Gracias María, el poder y la gloria es muy agradable pero también es muy destructible cuando hay intereses y envidias. Los flamencos eran también ambiciosos y sabían que Fernando no tenía ya ningún hijo que administrara sus reinos, por eso, aunque su hija Juana .-presuntamente loca-, por cierto, (muy culta e inteligente), pudiese gobernar, ya que era la reina propietaria de Castilla, su padre que lo sabía, ya solo veía la solución en su nieto Carlos para asegurar la descendencia, ante tanta tramas y desencuentros.
EliminarUn abrazo amiga.