3. La tristeza de un rey
III
Camina el Rey don Fernando
por esas calles nevadas,
sopesando el cruel destino
que a su hija le esperaba.
Tiene viva la memoria
de grandezas y arrogancias,
por las campañas gloriosas,
por las derrotas calladas;
porque a pesar del esfuerzo
en estrategias y alianzas,
no posee un heredero
que le cubra de esperanza,
y así, delegar sus reinos,
ya que el tiempo se le acaba.
Recuerdos, lleva recuerdos
de amargura y de nostalgia,
por la muerte de dos hijos
primogénitos que amaba.
de amargura y de nostalgia,
por la muerte de dos hijos
primogénitos que amaba.
*
Rey Fernando, Rey Fernando,
¡Cuánta lucha y cuánta fama!
desde que naciste en Sos,
humilde villa cercana
de tu reino de Aragón,
al límite con Navarra.
Sería el rey Enrique IV,
el que un día refrenara
tu enlace con Isabel,
cuando ufano te adentrabas,
por Ariza, Monteagudo,
Burgo de Osma y Berlanga.
Rey Fernando, Rey Fernando,
¡Cuánta lucha y cuánta fama!
desde que naciste en Sos,
humilde villa cercana
de tu reino de Aragón,
al límite con Navarra.
Sería el rey Enrique IV,
el que un día refrenara
tu enlace con Isabel,
cuando ufano te adentrabas,
por Ariza, Monteagudo,
Burgo de Osma y Berlanga.
*
En plena guerra civil,
libraste aquella enconada
lucha contra Portugal,
decisiva y despiadada.
Después con los musulmanes
y su reino de Granada,
dominaste la contienda,
en el momento que alzaban
los castellanos victorias
en Lucena y en Alhama.
Muy apretado vivió el cerco
Boabdil, allí en sus murallas,
y en los patios y jardines
del Albaicin y, la Alhambra.
En plena guerra civil,
libraste aquella enconada
lucha contra Portugal,
decisiva y despiadada.
Después con los musulmanes
y su reino de Granada,
dominaste la contienda,
en el momento que alzaban
los castellanos victorias
en Lucena y en Alhama.
Muy apretado vivió el cerco
Boabdil, allí en sus murallas,
y en los patios y jardines
del Albaicin y, la Alhambra.
Ya no tiene fortalezas,
están sus plazas sitiadas;
Loja, Baza y Almería,
han sido reconquistadas.
están sus plazas sitiadas;
Loja, Baza y Almería,
han sido reconquistadas.
*
Desde Génova a Valencia
viajan Fernando y Germana,
cruzando un inmenso espacio
de mar, de tierra y montaña.
Ella queda en Aragón,
como esposa y cortesana;
mientras él, muy presuroso,
a galope se adelanta,
cruzando esa gran meseta
de la estepa castellana.
Desde Génova a Valencia
viajan Fernando y Germana,
cruzando un inmenso espacio
de mar, de tierra y montaña.
Ella queda en Aragón,
como esposa y cortesana;
mientras él, muy presuroso,
a galope se adelanta,
cruzando esa gran meseta
de la estepa castellana.
***
Supongo que este romance sigue porque me he quedado con muchísimas ganas de seguir leyendo.Eserando el próximo te envío un saludo
ResponderEliminarCharo ya he publicado el fragmento final del romance "La tristeza de un rey.. En total son 4 fragmentos en 4 entradas. Un abrazo
EliminarContinuación del romance y pausa... (Te está quedando muy bien, Juan)
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades.
Gracias Rafael, El final del romance ya está publicado es la reciente página -(4.La tristeza de un rey)-.
EliminarJuan, no hay duda de que el rey Fernando sufrió mucho por mantener su reino, luchas y encrucijadas, que debía solventar. De nuevo nos llevas a ese ambiente histórico, que hemos vivido en las películas y en los libros de historia. Muy interesante y apasionante, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable por tu buen hacer, Juan.
Gracias María, efectivamente así lo pienso yo también. Fernando fue unos de los mayores estrategas que hubo en aquella época, sagaz como el que más y además ayudado por la compañía de Isabel que tenía el complemento que él necesitaba. Un abrazo amiga
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