El sendero de la vida
Arboleda y sendero del Palacio Artaza en Leioa EL SENDERO DE LA VIDA En la senda de la vida he dejado mis amores, unos bellos, como flores, otros tristes, de llorar, y, entre sueños y placeres, he cubierto de colores, los amargos sinsabores, que no conseguí olvidar. Una vez quise ser yo una linda mariposa, a una flor, la más hermosa, mis encantos fui a dar; entonces, como un clavel seducido por la rosa, me quedé preso, ¡qué cosa! y, ya no volví a soñar. Me di cuenta que en la vida prevalece la hermosura, y que toda esa figura, con moneda es mucho más; pero también supe ver, que el amor y la ternura, si es fiel, es lo que perdura, el tiempo da lo demás. Cuánto placer en la vida si dispones de riqueza, y, también, ¡cuánta tristeza! si la suerte ha de cambiar; de las más bellas virtudes la más grande, la nobleza, la fuerza de la franqueza, no has de olvidarla jamás. Las malas artes y engaños aprendí bien del mu...