Un cuento...
UN CUENTO... Ahora que estamos tú y yo aquí, muy cerca del fuego, que mañana no hay escuela y tenemos tanto tiempo, quiero acercarme a tu lado y que me cuentes un cuento, una historia, o lo que quieras, que hace mucho que no duermo. Abuelo, ¡sé que me escuchas! ¡quiero que me des un beso, aquí cerca en mis mejillas, y que acaricies mi pelo! Las calles están vacías; ya me está mirando el perro para salir a la plaza, aunque él sabe que no puedo. ¡Dime abuelo la verdad! porque tengo mucho miedo... Dicen, que de allá, muy alto, del techo del firmamento, se ha desprendido un cometa y yo, no he podido verlo. ¿Será cierto o no es verdad? ¡yo necesito saberlo! para poder ver su estela cuando se lo lleve el viento. El día está encapotado, cae la lluvia sin remedio, y tengo tanta congoja aquí, dentro de mi pecho, que estoy rezando y rezando, así venga mejor tiempo para ver bien estrellas, de noche, brillando el cielo. Abuelo, ¿por qué no escuchas?