Ecos del recuerdo
El río Valdavia a su paso por Bárcena de Campos ECOS DEL RECUERDO Caía la nieve copiosa del cielo, dejando caricias de espesura blanda; el reloj del pueblo marcaba las horas, y allá por el aire, sonaban campanas. Era aquella tarde, una tarde fría; tras los ventanales vítreos de mi alma, creció el pensamiento, también la carencia, cubriendo mi pecho de eterna nostalgia. Ya estaba de nuevo en mi vieja aldea, el hogar dichoso que tanto soñara; un lugar tranquilo donde yo he vivido los tiernos y alegres años de mi infancia. Tras la sombra oscura del salón materno, como un sortilegio, allá en la antesala, y en la mecedora, presentí a mi abuela que tejía afanosa su madeja blanca. Una toca negra cubría sus hombros, y con gran paciencia sola se enfrentaba, al ruido incesante de sus cinco nietos, que muy cerca de ella, así la imploraban... * << ¡Cuéntanos abuela la historia del lobo, ese cuento hermoso de la loba parda; mientras vas haciendo bo