A mi abuelo
A MI ABUELO Otra vez se quedó solo, en su sillón de recuerdos con ruedas almidonadas. Otra vez como otras muchas, sintiendo noche tras noche las estrellas, y el dulce viento que silba silencioso. * El cálido ambiente llena su rostro de gran calor, y su vida queda en pena marchándose en el dolor; ese dolor que penetra dentro de su vida entera, que surge de su quimera y que le da tal temblor que le encierra y desespera. * Allí está en su fiel sillón, contemplando silencioso detalles que en vida misma nosotros no nos fijamos, y sutil sus ojos miran la mentira desflorada que surge bajo su vida. * ¡Hasta siempre! contestó con un adiós peregrino. ¡Hasta siempre! murmuró con ese gesto cansino por los años, por la edad. * El ardor de sus adentros mostraba al vivo el dolor y sus ojos desprendieron al momento, ese amor, con lágrimas que prendieron la verdad del sentimiento. * Son los instantes que enteros perm...