Dos poemas de amor
DOS POEMAS DE AMOR
I
Cautivo de ti, vivo en silencio,
contemplando serio y mudo en el vacío,
como pasa ese segundo con el tiempo,
y estoy solo, mi carácter seco y frío.
Solitario, en un rincón que me recibe,
como una simple realidad oscura y cuerda,
acompañado al pensamiento que no pide,
y sin embargo, prevalece en mi sentir,
tal, que me inquieta.
Y luego, ¿qué estoy sintiendo?
¿qué estoy viviendo?
o ¿qué intento perseguir
en mi abismo incorregible?
Tú, eres vida que yo amo,
pienso que al soñar soy inflexible,
pero no sé del amor;
quizá en vano juzgue mal
y es preferible,
que el tiempo dictamine con los años,
lo que solo, en este instante, afirmo yo.
Cautivo de ti, vivo en silencio,
contemplando serio y mudo en el vacío,
como pasa ese segundo con el tiempo,
y estoy solo, mi carácter seco y frío.
Solitario, en un rincón que me recibe,
como una simple realidad oscura y cuerda,
acompañado al pensamiento que no pide,
y sin embargo, prevalece en mi sentir,
tal, que me inquieta.
Y luego, ¿qué estoy sintiendo?
¿qué estoy viviendo?
o ¿qué intento perseguir
en mi abismo incorregible?
Tú, eres vida que yo amo,
pienso que al soñar soy inflexible,
pero no sé del amor;
quizá en vano juzgue mal
y es preferible,
que el tiempo dictamine con los años,
lo que solo, en este instante, afirmo yo.
II
No me digas que ya se ha marchitado
el amor florecido en nuestra alma,
o el placer de vivir por el hastío
de silenciosas y pérfidas mañanas.
No me digas, que ese mar de la tristeza,
de donde emergen tus húmedas palabras,
agonizó para siempre ese cariño,
que tantas, tantas veces me entregabas.
Si la ilusión en tu risa desvanece
y se torna en desamor como una daga,
¿qué será de tu vida y mi existencia
si se deshoja la flor de la fragancia?
Si nos recubre un sequedal de espinas,
junto al rosal, donde hoy brota esa añoranza,
y ante el dolor agudo del silencio
hoy siento que me hieren tus palabras…
No seguiré pensando en la pureza,
ni en esa flor sencilla que adoraba,
ni en el fulgor del cielo y de la aurora
cuyo arrebol de gozo me inundaba.
Caminaré en silencio y en la esquina,
vigilaré impaciente tu llegada,
para que nadie se lleve con engaños
el ciego y vano amor de una esperanza
el amor florecido en nuestra alma,
o el placer de vivir por el hastío
de silenciosas y pérfidas mañanas.
No me digas, que ese mar de la tristeza,
de donde emergen tus húmedas palabras,
agonizó para siempre ese cariño,
que tantas, tantas veces me entregabas.
Si la ilusión en tu risa desvanece
y se torna en desamor como una daga,
¿qué será de tu vida y mi existencia
si se deshoja la flor de la fragancia?
Si nos recubre un sequedal de espinas,
junto al rosal, donde hoy brota esa añoranza,
y ante el dolor agudo del silencio
hoy siento que me hieren tus palabras…
No seguiré pensando en la pureza,
ni en esa flor sencilla que adoraba,
ni en el fulgor del cielo y de la aurora
cuyo arrebol de gozo me inundaba.
Caminaré en silencio y en la esquina,
vigilaré impaciente tu llegada,
para que nadie se lleve con engaños
el ciego y vano amor de una esperanza
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Autor: Juan A. Galisteo Luque (Galeote)
Publicada en Canal Literatura
Del libro: Café Boulevard
Fotografía de la red
Dos poemas cuyos versos tienen un denominador común: "el amor"...
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades poeta.
Así es Rafael, el amor y el desamor unidos por un lazo
EliminarUn abrazo poeta
Dos poemas llenos de amor que es un placer leerlos. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra por quedarte por aquí
EliminarTus dos blogs de poesía son muy interesantes
Te envío un saludo Juan
Preciosos los dos poemas, eso de ya se ha marchado el amor florecido me ha encantado, que lástima que casi siempre tenga que ser así.
ResponderEliminarMenos mal que ese Amor que se escribe con mayúscula es eterno, cuando esas flores del amor se secan...
Un verdadero placer leer tus letras y sentimiento.
Feliz miércoles.
Un abrazo.
Sí Carmen es el amor y el desamor unidos y enfrentados al unísono pero con buen fin. Gracias por tu comentario, te envío mi abrazo
EliminarSólo una persona muy enamorada puede escribir unos poemas tan bellos.Saludos cordiales
ResponderEliminarMuchas gracias Charo, me alegro que te gusten. Un abrazo amiga.
ResponderEliminarPreciosa reflexión sobre los sentimientos, Juan. Somos aprendices del amor, de ese amor incondicional que nos pide paciencia, tolerancia, respeto y entrega. Es inevitable la lucha interior, las crisis, las dudas y la esperanza, que perdura siempre cuando el sentimiento está vivo.
ResponderEliminarMi felicitación por estos poemas, que se complementan y dan idea de tu catadura humana, amigo.
Mi abrazo y mi cariño.
Muchas gracias por tu comentario María. Te envío mi abrazo
Eliminar"Que el tiempo dictamine con los años / el ciego y vano amor de una esperanza".
ResponderEliminarUn verso de cada poema para manifestar mi sentir.
Un abrazo.
Gracias Rafael por dejar tu huella. Te envío mi abrazo poeta
EliminarDos bellos poemas, que rezuman romanticismo desde el primero al último verso.
ResponderEliminarCautivo de ti, vivo en silencio,
contemplando serio y mudo en el vacío,
como pasa ese segundo con el tiempo........
Caminaré en silencio y en la esquina,
vigilaré impaciente tu llegada,
para que nadie se lleve con engaños
el ciego y vano amor de una esperanza.
Me han gustado mucho.
Un abrazo, Juan Antonio.
Muchas gracias Manuel por tu visita y comentario; desde aquí te envío mi abrazo.
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