Romance a Russadir
ROMANCE A RUSSADIR
Allá, desde el Universo,
como una estrella lejana,
mortecina, que del cielo
desprende su luz dorada,
un fantasma misterioso,
cubierto de blanco nácar,
cruza el abismo infinito,
llegando al norte de África.
Le llamarían Russadir,
y después que se alejara,
despertando en su camino
presagios de cien batallas,
sirenas lo acompañaron,
por un mar de espumas blancas,
y ya nunca regresó,
ni hubo signos de esperanza.
Procedentes de Sidón,
Tiro y Carthago, llegaban
naves fenicias de Oriente
y de otras rutas lejanas.
Eran puertos de comercio
y entre ellos, entrelazaban
colonias cartaginesas,
que con celo se enfrentaban
por el dominio del mar,
frente a una efigie romana.
Lejos quedaban las huestes
de Anibal y Amilcar Barca…
Escipión el "Africano"
después de vencer en Zama,
cruza firme el Mare Nostrum,
hacia las costas de Hispania,
y a la luz de las antorchas,
se escuchaban las espadas,
romper un timbre sonoro;
¡voces! ¡grito entre las masas!
En un firme promontorio,
Russadir, les observaba
desde el cerro San Lorenzo,
en noches de luna clara.
Dibujada bajo el fondo
de un mar vivo de elegancia,
tus murallones de piedra,
se observan en la distancia
iluminados de estrellas,
anunciando la alborada.
Un paisaje marinero,
difuminado en el agua,
vislumbra de fantasía,
bajo un cielo sin palabras.
Y tú, mientras tanto, en sueños,
hermosa y engalanada,
embriagada de silencio,
con perfiles de añoranza,
te encuentras sola y dormida,
junto a gaviotas y playas,
donde se mueren las olas,
de quietud y de nostalgia.
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Autor: Juan A Galisteo Luque
Del poemario: Romances en la penumbra
Publicado en Blog canal literatura
Fotografía del autor
Publicado en Blog canal literatura
Fotografía del autor
El poema está envuelto en una aureola de sueño y leyenda y es muy grato leerlo,porque vuelve el pasado con su magia y misterio a deleitarnos,a llenar la imaginación de pesonajes,caballeros,damas y castillos...Y el niño interior crece,juega y se recrea,siempre en busca de cuentos...!!
ResponderEliminarMi felicitación por tu bello poema y mi abrazo grande,Juan.
M.Jesús
Gracias María, he querido hacer un poema a este asentamiento fenicio antigüo que era Russadir. Por eso, entre la mítica, el ensueño y la leyenda, también añado un poco de su historia evolutiva.
ResponderEliminarDicen los historiadores, que el asentamiento fenicio de Russadir, estuvo en un promontorio, situado en un cerro, al igual que Ampurias y que posteriormente tras varios siglos de evolución, crecería la actual Melilla, aunque este último nombre proviene del árabe durante la época del Califato de Córdoba.
Un beso María.
Poema onírico y con mucha musicalidad. Un verdadero romance.
ResponderEliminarMe ha gustado Juan. ¿Sabes? Si supiera pintar, pintaría tu poema, dibujando ese Universo, esas gaviotas, esas playas...
Un abrazo
Hola Carmela, siempre me gustaron los sueños, menos las pesadillas, claro está, porque dan sosiego al cuerpo y al alma.
ResponderEliminarLa mitología, también me gusta con sus cuentos porque dan rienda suelta a la imaginación y a la fantasía.
Todos necesitamos ¡SOÑAR! y quién diga lo contrario ¡NO ES SINCERO CON SU CORAZÓN!
Te imaginas Carmela, tú de sirena por esos mares y yo de fauno persiguiendo ninfas por el bosque frondoso. ¡QUÉ HERMOSO ES SOÑAR! y ¡QUÉ POCO DURAN LOS SUEÑOS!
Y aunque no sepas pintar, no te preocupes, imagínate un mundo y sueña, yo te aseguro que pintarás el cuadro más real y más precioso de todos.
Muchas gracias Carmela, por tu comentario y tu atención.
Un abrazo. Juan.
Ja,ja,ja. A ver si dejas de perseguir a Carmela y nos escribes otra preciosidad como esta. Me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu visita a mi blog y por las palabras que la acompañaron.
Perdona la broma.
Buenas noches María, gracias a ti por visitar mi blog y por el comentario a mi poema.
ResponderEliminarTe digo lo mismo que a Carmela, hay que soñar un poco, que vivimos en un mundo, donde nos compran y nos venden como los fenicios antiguamente, que eran los dueños de todo y nosotros que tenemos sueños, que nos dejen por lo menos disfrutarlos con alegría.
No te preocupes María, no tienes que disculparte por nada, ya se que es broma y eso me gusta; Siempre viene bien, tener un poco de sentido del humor, ya que como magia ilumina y además, viene muy bien para las relaciones y el entendimiento entre las personas.
Desde aquí, mi saludo y mi gran respeto a Carmela y a ti, muchas gracias de nuevo por vuestra atención.
Un abrazo. Juan
Es un romance precioso, mitad sueño, mitad historia y un cien por cien de belleza. Tiene una gran musicalidad, se lee casi sin respirar, no hay que retroceder para entender lo que se dice porque está todo tan claro que deslumbra. Un gran romance.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Bueno Terly, gracias por tu comentario. Siempre me gustaron los romances por su musicalidad y por la forma de deshilar y de interpretar sus versos en sílabas de ocho.
ResponderEliminarNo hace mucho, todavía solían recitarse historias en las plazas de algunos hechos recientes y acontecidos a manera de juglares, cuando la mayoría de la población no sabía bien leer.
Terly, romance precioso el de tu madre, es como un retrato.
Un abrazo amigo.
Juan, me ha gustado mucho este Romance a Russadir.
ResponderEliminarAunque con sinceridad, sin ningún tipo de pasteleo, te voy a confesar la verdad...
Al recitarlo, han aparecido delante de mí imágenes bellísimas, como sólo tú sabes pintar con tus versos, de verdad (no me extraña que Carmela quiera pintarlos :)); sin embargo, me costaba situarme en el plano histórico (nunca fui una lumbreras en Historia, lo reconozco...), ya que como explicas, no es un cuento o algo inventado de caballeros, dragones y princesas, sino que está basado en hechos reales...
He ido a "papá Google" y "mamá Wikipedia" me ha contado que Russadir -una de las ciudades más antigüas del mediterraneo- realmente existió y su ubicación coincidiría con la Melilla actual.
¡Qué maravilla!
Russadir, colonia desarrollada y con unas estructuras totalmente formadas ya desde época fenicia o púnica, ha sido a la vez, durante años, un interrogante y un reto para la arqueología. Hasta ahora los hallazgos más relevantes, encontrados por el historiador Fernández de Castro durante las excavaciones en el Cerro de San Lorenzo, situaban la huella fenicia en el siglo III antes de Cristo...
Con todo esto, tus versos han cobrado, si cabe, mucha más luz.
Te felicito, chavalote :) Un romance de matrícula.
Muchos besos.
Bueno Mar, así es, es un romance Mítico-histórico; en la primera mitad puse mi fantasía y en la otra la información documentada.
ResponderEliminarComo mujer y bien observadora, te has preocupado de informarte y lo has hecho bien. Yo tampoco soy ningún historiador, solo aficcionado y cuando trabajo con un romance histórico, procuro buscar una documentación "veraz".
En todos los romances históricos, que en las bases de los concursos me piden, tengo esa obligación.
Russadir fue un asentamiento muy antigüo como Gadir, pero la nominación de la Melilla actual proviene del nombre Melilia, adaptado a la época musulmana del Califato de Córdoba.
Este romance, habla de ésto último porque es más extenso de lo que actualmente figura aquí.
Gracias Mar, por el comentario a mi romance.
Un beso muy grande. JUAN
He descubierto tu blog y me ha encantado. Volveré a leerte.
ResponderEliminarSaludos. Adelaida
Muchas gracias Adelaida por tus palabras y por visitar mi sencillo blog. También yo visitaré el tuyo y espero que de ahora en adelante podamos hablar de poesía.
ResponderEliminarMientras tanto, recibe por mi parte un abrazo cordial de poeta. Juan.
Precioso poema a mi tierra...Me gusta como escribes..Yo también hago algo pero solo tengo voluntad
ResponderEliminarMuchas gracias Russadir, por ser seguidora, por visitar mi blog y por tu comentario al poema de Melilla, tu tierra.
ResponderEliminarTe admiro al decir que tienes voluntad, porque es lo más importante. Sin ella, muchos de los grandes logros de este mundo no hubiesen existido.
Tu poesía es tan importante como las demás, por el simple hecho de que existe y que tú la has creado.
Visitaré tu blog amiga y me alegro de que podamos tener en lo sucesivo un contacto amistoso y poético.