Molinero
Molinero,
no me olvides, que me muero;
¡déjame libres mis brazos!
yo no soy tu prisionero.
En las tierras de La Mancha,
en esos fríos de Enero,
cuando cae la nieve blanda
y golpea el aguacero,
todos los campos se anegan;
allí, en medio de un sendero,
yo, me quedo solo y triste,
helado, como el acero.
*
*
Molinero,
no me dejes, que me muero
¿No recuerdas esos años,
cuando el viento fuerte y fiero
soplaba mis tiernas aspas?
tú, como un caballero,
me defendías ufano
¡dándome un vaivén ligero!
Y aquellas noches de luna,
en la inmensidad del cielo,
cuando dormías conmigo
hasta salir el lucero…
*
*
¡Ay! qué tiempo tan lejano
compañero.
Llegaban de la besana,
carretas y carretero,
todas cargadas de trigo.
Hoy, los tiempos han cambiado,
ya no viene el molinero
a visitar su molino,
ni a elaborar ese pan
con trigo mi granero.
*
*
Yo, que he visto cien batallas,
y a espaldas del gran guerrero,
al valiente y al cobarde,
al leal y al traicionero;
que he dado sombra al gañán
lo mismo que al forastero,
sin desdeñar su sombrilla
o el ala de su sombrero,
ya no tengo quien me ofrezca
su gracia y gesto sincero.
*
*
Aquella estrella de allí,
la que orienta al viajero,
y a todo viento que sopla
como si fuera un velero
lo empuja sobre mis aspas;
esa, que me ha prometido
brillar un milenio entero,
será mi fiel compañía…
*
*
Y a ti, mi querido amigo,
que desde Marzo a Febrero
todos los meses del año
con añoranza te espero,
¡ven y libera mis alas!
es todo lo que yo quiero.
Molinero,
si tú me olvidas, ¡me muero!
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Autor: Juan A Galisteo (Galeote)
Del poemario: Romances en la penumbra.
Derechos registrados Prop, intelectual
Publicada en Blog canal literatura
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Estimado poeta...
ResponderEliminarHa sido un placer transitar por los versos de este bonito homenaje
que brindas al molino y al molinero, ya esa época ya olvidada para la mayoría.
Un abrazo.
Espero que el Molinero te siga "liberando las alas" para que continúes deleitándonos a todo con tus bellas poesías.
ResponderEliminar¡¡Me convierto, a partir de hoy, en tu seguidor!!
Juan,como manchega hago mío tu poema,esos molinos son parte de mi vida,enclavados en tierras fértiles y oscuras,donde germina el trigo y la vid a golpe de sol,viento y lluvia...Sí,se han quedado quietos los molinos,como hidalgos del pasado,recuerdan la historia con nostalgia y nobleza.Nos llaman,nos gritan que no olvidemos las raices,todo lo que nos ha impulsado a crecer y a vivir,como es la naturaleza...!
ResponderEliminarTengo gran esperanza en que volvamos a la tierra,a la naturaleza,ella nos ayudará a superar la crisis.
Mi felicitación por tu sensibilidad y amor a todo lo natural y entrañable.Mi abrazo siempre,amigo.
M.Jesús
Gracias Alma por tu comentario, te imaginas estos molinos centenarios, que ya por siempre están solos y a la interperie sin que nadie los abrace y los haga trabajar. ¿CUÁNTAS COSAS HAN CAMBIADO? Yo lo encuentro lógico, hay una necesidad industrial, pero verdaderamente este oficio,como tantos otros han pasado a la historia y hoy solo es un recuerdo. De ahí, que quise hacer este homenaje a los dos, molino y molinero.
ResponderEliminarUn abrazo Alma. Juan
María,qué buenos comentarios haces siempre de los poemas.
ResponderEliminarTienes toda la razón, la tierra es el único sustento del ser humano y de todos los seres que en ella habitan. Necesitamos de la naturaleza y estamos siempre arrojando arena a nuestros ojos.
¿Te imaginas que ella, dejara de dar sus frutos? y luego muchas de las cosas tecnológicas (algunas de ellas muy útiles sin duda) tan solo nos sirven para bienestar propio, pero sin el pan, ¿qué sería de nosotros?
Un fuerte abrazo amiga.
Gracias Imanol por tus palabras, por el comentario y por seguir mi blog, visitaré el tuyo con más tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo amigo. Juan
Maravilloso tu verso!!!!!!!!!
ResponderEliminarEs bueno conocerte.Me han maravillado tus versos
ResponderEliminarA ti también, Tango, te agradezco que hayas visitado mi blog y mis poemas.
ResponderEliminarYa estaremos en contacto.
Desde aquí, te envío mientras tanto un cordial saludo, Juan.
Mucha, está todo aclarado, no me había fijado que tenías otro blog, de ahí la confusión.
ResponderEliminar(He eliminado el comentario anterior)
Un abrazo cordial. Juan.
Hello my friend! I have been visiting your blog. Cool! Seriously, I thoroughly enjoyed your posts .Congrats on your poem. I invite you to visit my blog at:
ResponderEliminarhttp://nelsonsouzza.blogspot.com
Thanks for sharing!
¿Sabes lo que más me gusta de tus poesias? Que llevas la rima metida en el alma y sin menospreciar los poemas arrítmicos (modernos) me quedo con los tradicionales, ¡los nuestros! los de siempre, los que nunca morirán del todo, porque en ellos arderá siempre la llama del espíritu de la verdadera poesía.
ResponderEliminarPor eso me gustan tanto las tuyas,
querido Juan Antonio. Te admiro y te pido que nunca cambies.
Un beso sincero: Juliana
Gracias Juliana, agradezco tus palabras porque yo también comparto tu opinión y me gusta la poesía tradicional.
ResponderEliminarEn este caso, el romance, es uno de los poemas que más me agrada componer por la rítmica y mira que hay tipos y estilos. Para mí, la musicalidad y la cadencia en los versos es muy importante, aunque reconozco que el soneto es el rey, por su calado, estructura, cadencia y encadenamiento. No desdeñaré jamás el verso libre aunque siempre me he inclinado por el tradicional, pero eso es como todo amiga mía, cuestión de gustos.
Un fuerte abrazo Juliana, muchas gracias por tus palabras. Juan.
Que hermoso poema Juan, me gusta porque mostrás lo cotidiano, esas imágenes de los molinos realmente bellas, me encanta como escribís.
ResponderEliminarBesos y buen finde
Es precioso este romance, Juan; me ha enternecido mucho... ¿Lo publicaste también en el blog de Canal, no? Me suena mucho haberlo leído también allí pero perdóname si me equivoco, bueno, más bien perdona a mi memoria, jejeje...
ResponderEliminarInseparables, antaño, molinero y su molino; el herrero y su forja; alfarero y torno, ¿verdad, Juan? tanto han cambiado los tiempos que se han destruido estas bellas relaciones o algunas corren peligro de hacerlo y es una verdadera pena...
Menos mal que siempre nos quedarán las estrellas, hasta la eternidad :)
Un abrazo grandote...
PSD: Muchas gracias por tu precioso comentario, Juan, ¡me ha emocionado mucho!
Si Mar, tienes razón, lo envíé a Canal literatura como Sueño de Amor, romance dedicado a los Amantes de Teruel, pero como no los tenía en mi blog ahora los estoy publicando.
ResponderEliminarAsí es amiga, todos esos oficios se han perdido por la industrialización y más que se perderán.
En cuanto al comentario tuyo último, que me imagino que será por la enfermedad de los mayores, poco podemos hacer, tener paciencia, aunque a veces nos falta y no es para menos.
Me alegra mucho hablar contigo.
Gracias por todo amiga. Un abrazo.
Bonito y evocador poema de oficios antiguos, al menos quedan los molinos para verlos y para la historia, ahora lo que se llevan son esos otros para la energía eólica, que si los viera Don Quijote diría algo así antes de embestirlos:
ResponderEliminar-Amigo Sancho, que no decaiga el valor, los gigantes son cada vez más gigantes.
Saludos
Un hermoso comentario Eduardo, además
ResponderEliminarcon esas palabras de recuerdo, colorido y evocación a nuestro gran Don Quijote, ¿qué más puedo decir?
Así es amigo, todo queda ahí en el tiempo, porque todo tuvo un sentido y una necesidad en su momento; ahora solo es pasado, pero a la vez inundado de historia.
Te he dejado un comentario también en el blog, cuyo tema habla de los generales Concha y Espartero.
Muchas gracias por compartir mi blog. Un cordial saludo... Juan
Hola, de nuevo, Galeote:
ResponderEliminarHas dedicado elegantemente un poema a esas tierras de La Mancha, con esos campos verdes llenos de amapolas, a ese molinero de aquellos tiempos, y a ese viento que sopla tan cálido como la brisa que oxigenan tus letras, un placer leerte, amigo.
Un beso.
Versos que claman
ResponderEliminarla belleza de la naturaleza
y se enzarzan en lucha
por la belleza de las palabras
Gracias María, el molino sigue formando parte de la naturaleza como todos nosotros y aunque a veces está solo y atadas sus aspas, él siempre tiene además de las inclemencias del tiempo una compañía en la noche que casi nunca le falla. El fulgor de las estrellas.
ResponderEliminarUn beso poetisa.
María Teresa, tus palabras además de ser de un gran halago para mí, puedo considerarlas ya, como versos integrantes de un bello poema.
ResponderEliminarGracias poetisa, te envío un beso.