Al alba
AL ALBA
¡Bebed conmigo! yo invito,
la fiesta ya ha comenzado.
Los jinetes por el alba,
con semblante cabizbajo,
galopan solos, sin alma,
cabalgan sin hacer caso.
“Es el triunfo de la muerte,
la sed, el hambre, el cansancio”
*
El viento rompe un silencio
y sucumbe en su presagio,
desmoronando el cariño
desde un lado, al otro lado.
El amor ya se ha perdido,
solo queda el desamparo,
“Lo comentan las campanas”
¡Oídlas van repicando!
*
En ese mar del olvido
la ilusión ha naufragado
y va buscando sus restos
con codicia el desalmado.
La maldad con alas negras
tiene su triunfo guardado,
y está deshaciendo el juego
con trucos de naipes falsos.
*
¡Apartad! No hay un sendero
vivo que alumbre el espacio,
solo galardones de odio
y pensamientos callados.
Es un abismo el dolor,
la esperanza un desengaño.
La desgracia permanece
envuelta en pañuelo blanco,
sin lágrimas de consuelo,
con luto y sabor amargo.
*
La niebla de la codicia
enhebra sus dedos largos
y con celo y sin conciencia
rasga un velo encanallado,
engañando a la inocencia
con saña, maldad, descaro.
*
¡Callad! La gloria no existe,
el día no ha terminado
y, está cayendo en la tarde
llovizna de fuego fatuo.
¡No miréis a las banderas
ni en los cerros ni en los llanos!
¡Mirad los cuerpos desnudos
en aras de un camposanto!
*
La ambición va hilando un huso
con sus dedos afilados,
para tejer un vestido
rudo, con alma de esparto.
Los hombres caen a la tierra
inertes, y en su desmayo
se quedan en el camino
dormidos y almidonados.
*
La tierra con sus fronteras
sin límite insospechado
la gobierna en sí los mares,
patrimonio del espacio.
También la noche y el día,
la actividad, el letargo.
*
¿Qué somos entonces? ¡Nada!
y sin embargo actuamos
con prepotencia impulsiva,
sin razones, con descaro;
con soberbia vanidosa;
con orgullo y desenfado.
*
Si es la sencillez belleza
que distingue al hombre sabio,
“la grandeza es del humilde
sin torres ni muros altos”
¡Romped las duras cadenas
que esconden lazos amargos!
¡Dad respiro al corazón!
¡Al alma dad un descanso!
Para que todos los hombres
unan de nuevo sus brazos,
y el sol nunca se avergüence
de ser el único astro,
que nos da alimento y vida
para luego despreciarlo.
*
¡Bailad conmigo! os espero,
ya el Sol muere en el Ocaso.
La amistad y el sentimiento
tiene sus días contados,
y, el desprecio da raíces
por huertos, por monte y campo.
***
Autor: Juan A Galisteo Luque
Del libro: Café Boulevard
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