A un olivo
A UN OLIVO
Olivo sediento, ¡qué triste tu suerte!
tu raíz de origen de cuajo arrancaron,
y aquí, en esta tierra, después te plantaron,
quién sabe si un día, te encuentre la muerte.
*
Hoy, cuando lo han dicho, quise protegerte,
y es así, tan cierto que te cercenaron,
tu tronco en un campo verde coronaron,
será muy difícil que ya vuelva a verte.
*
Cualquiera diría que eso les divierte,
injerto mezquino que en vano lograron;
solo consiguieron con ello, perderte.
*
En un jardín verde del Norte, dejaron
tus duras raíces y tu cuerpo fuerte;
nada más mirarte, mis ojos lloraron.
----------
Me sonaba el soneto, pero era que estaba pensando en el de anoche, Juan. También éste es bonito y va en la línea del anterior. Felicidades poeta.
ResponderEliminarUn abrazo y Feliz día de Navidad.
Sí Rafael, es una fotografía de Ajo, concretamente este olivo lo trajeron solo para adornar ¡Bendita idea!
ResponderEliminarTriste destino el de este olivo... no es de extrañar que tus ojos lloraran.Saludos
ResponderEliminarAsí es Charo, los árboles como los animales merecen nuestro respeto, no son un mero capricho que utilizamos para despues abandonarlos a su suerte.
Eliminar