La eterna conciencia
Volverá una noche
de niebla cubierta
y una inmensa duda
golpeará tu puerta.
*
Hurgará celosa
tu mente despierta
y sin decir nada
será tu respuesta.
*
Ella, que no obliga,
lanzará una queja
con voz tenebrosa
y en la sombra oscura
de ese gran silencio,
la tendrás presente
cerca de tu reja.
*
Cruzará despacio
tu luz, tu querencia,
y en la larga noche,
su viva presencia
llegará al abismo
de tu pensamiento,
con gran diligencia.
*
Sin ser la amargura,
sin ser la inocencia,
el presentimiento
traerá del pasado
su eterna vivencia
*
Y cerca, en tu almohada,
marcando en tu mente
su huella imborrable,
sentirás que habla
con firme coherencia,
esa, que ya sientes
cual fuerte martillo
golpeando tus sienes;
-La eterna conciencia.
***
Gracias hay que dar a la conciencia por impedirnos hacer cosas que podrían dañar a los demás.Tu poema es para reflexionar en que estado la tenemos: tranquila o tensa.Saludos
ResponderEliminarGracias Charo, es como bien dices. Un abrazo
EliminarQue no se pierda nunca "la conciencia"... (Precioso romance, Juan)
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael, no se pierde porque siempre está presente
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